¿Cómo mejorar la accesibilidad a la educación con SMOWL?

La accesibilidad a la educación es una responsabilidad social obligatoria y necesaria. Lo es por el bien de todos porque no se trata de lograr la integración académica de las personas, independientemente de su capacidad, solo por una cuestión de solidaridad, sino por un beneficio mutuo de toda la comunidad. 

Los organismos y las administraciones tienen la responsabilidad de facilitar la educación a todos los ciudadanos, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo o aptitud física, mental, intelectual o sensorial. 
Así surge el concepto de la diversidad en el aula, la cual abarca desde la adaptación curricular, hasta la adaptación de los recursos educativos y la transición por los espacios comunes y las aulas. Y aquí el sistema elearning juega un papel muy importante para garantizar la oferta formativa sin barreras arquitectónicas.

¿Qué es la accesibilidad a la educación? 

Para saber qué es la accesibilidad a la educación recurrimos en primera instancia a la RAE.

accesibilidad

Del lat. tardío accessibilĭtas, -ātis.

1. f. Cualidad de accesible.

accesible

Del lat. tardío accessibĭlis.

1. adj. Que tiene acceso.

2. adj. De fácil acceso o trato.

3. adj. De fácil comprensión, inteligible.

De esta forma entendemos por accesibilidad a la educación la que tiene la cualidad de fácil acceso o comprensión. Y en ambos confluye la perspectiva de la igualdad de oportunidades. 

En esta igualdad o equidad entran los entornos, programas y herramientas educativas accesibles que permiten que todas las personas, sin excepción, puedan elegir dentro de la oferta formativa sin discriminación. 

Es tal la importancia de la accesibilidad a la educación, que la legislación está detrás de la regulación. Lo vemos con la Ley Orgánica 2/2066 de la LOE, la cual expone:

 “Las administraciones deben proveer de recursos a las personas para acceder a la formación conforme a su capacidad”. 

Ya te hemos hablado de la educación y desarrollo sostenible mencionando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, donde, en el punto cuarto, incluyen este derecho fundamental: 

“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. 

Precisamente las Naciones Unidas también incluyen la regulación educativa en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006), de tal manera que delega en los países la competencia de: “identificar y eliminar los obstáculos y las barreras de acceso que las personas con discapacidad puedan tener para acceder en igualdad de oportunidades que las demás personas”. Y menciona concretamente el entorno físico, el transporte, las instalaciones, los servicios públicos y las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Este es un esbozo de las necesidades educativas y los retos a los que nos enfrentamos. El siguiente paso es hacerlo realidad. 

¿Cómo ofrecer una educación accesible?

Partimos de la premisa de que la educación es accesible cuando es inclusiva y no exclusiva. De esta manera, cumple el derecho que tienen todas las personas de recibir una formación de calidad, tenga o no una diversidad funcional o cognitiva reconocida. 

Francesc Aragall, en su guía La accesibilidad en los centros educativos, menciona una serie de medidas a tener en cuenta para ofrecer un centro académico integral e integrador. 

Señala, por ejemplo: 

• El edificio (donde debe haber accesibilidad arquitectónica)
• Los recursos humanos, materiales y didácticos
• Programas y contenidos, 
• Procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación 
• Documentación y otros elementos necesarios para llevar a cabo la educación

E incluye el sector del elearning y de los campus virtuales como medidas complementarias de accesibilidad. Asegura que la finalidad de ambos es mejorar la calidad y la accesibilidad de los sistemas europeos de educación y formación, mediante el uso eficaz de las tecnologías de la información y la comunicación.

Considera fundamental tres puntos: 

Las nuevas tecnologías, las TIC y SMOWL contribuyen a la inclusión

Dentro de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) incluimos el proctoring (el sistema de supervisión online de exámenes) y, por tanto, nuestro sistema SMOWL.

La tecnología está al servicio de las personas y con ella los recursos educativos llegan a convertirse en formatos digitales, donde su diseño parte de la premisa de la accesibilidad, concretamente la física en el caso que a nosotros nos ocupa. 

Bajo la premisa “cero barreras, cero desigualdad”, esta última década hemos hecho una inmersión en el ámbito académico y empresarial para contribuir a la accesibilidad, asequibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad en educación.

Dado el impacto positivo que hemos presenciado, podemos afirmar que el uso de la tecnología y la digitalización aporta de forma positiva a las personas con discapacidad. 

Según el informe de El Ministerio de Derechos Sociales de España, a fecha de 31 de diciembre de 2020, la población con algún grado capacidad especial presentaba esta distribución:

Solo en España se estima que hay dos millones y medio de personas con movilidad reducida, según la Fundación Mutua de Propietarios y la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica. 

Son datos que no podemos ni debemos ignorar y son mayores si sumamos las cifras a nivel mundial. Esto nos deja claro que un sector de la población necesita que adaptemos los medios académicos tradicionales sin demora ni excusas. 

¿Y las empresas cómo pueden colaborar?

Además de promover la contratación de personal con perfiles diversos y de algún modo afectados por alguna discapacidad, las empresas también pueden contribuir a la accesibilidad a la educación a través de sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa. ¿Cómo? Exponemos tres vías: 

• Creando y financiando programas académicos específicos e inclusivos para los empleados o sus familiares. 
• Apoyando a las fundaciones o entidades inmersas en la inclusión educativa. 
• Concienciando a su plantilla de la importancia del acceso a la formación de toda la población.

El reconocimiento social, la legislación y las acciones concretas han ido avanzando poco a poco. Hoy tenemos la oportunidad de ir más deprisa gracias a la tecnología, aunque no podemos olvidar la voluntad humana de querer mejorar. Los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones amparadas con una idea y un objetivo común.