El crowdsourcing está presente en nuestro día a día aunque no seamos conscientes de ello. Muchas veces existen tareas en nuestras empresas o instituciones que no podemos asumir internamente, y es ahí donde este modelo nos puede ayudar.
Pero no solo a nivel productivo, también nos puede ayudar a la hora de hacer accesible un proyecto educativo o de formación a muchas otras personas.
Pero no nos adelantemos.
Sigue leyendo y en las próximas líneas te explicaremos qué es y en qué consiste el crowdsourcing, y qué tipos podemos encontrar.
¿Qué es el crowdsourcing?
El crowdsourcing (también conocido en español como externalización colectiva de tareas o colaboración abierta) es un modelo de producción que se basa en la participación colectiva de un gran número de personas, especialmente a través de Internet, para llevar a cabo tareas o resolver problemas específicos.
En términos simples, el crowdsourcing implica externalizar una tarea o proyecto a una comunidad en línea, en lugar de hacerlo internamente o contratar a una persona o empresa específica para realizarlo.
Los participantes pueden ser voluntarios o pueden recibir una compensación por su trabajo, y pueden provenir de cualquier parte del mundo.
El crowdsourcing se utiliza en una amplia variedad de áreas, desde la creación de contenido y el diseño gráfico hasta la investigación científica y el desarrollo de productos. Y por supuesto, también en el sector educativo.
¿Cómo podemos aplicar el crowdsourcing en este sector? Te lo mostramos a continuación.
¿En qué consiste el crowdsourcing? Ejemplos para el sector educativo
El uso del crowdsourcing en la educación se refiere a la utilización de la sabiduría colectiva de una comunidad (que puede existir online) para enriquecer y mejorar el aprendizaje de las personas y la enseñanza.
A continuación, te dejamos algunos ejemplos de cómo se puede aplicar el crowdsourcing en la educación si formas parte de una institución educativa:
- Recopilación de recursos educativos: Los profesores de tu institución pueden solicitar a sus estudiantes y a la comunidad educativa en general que recopilen y compartan recursos educativos relevantes, como artículos, videos, podcasts, etc.
- Desarrollo de proyectos colaborativos: También pueden pedir a sus estudiantes que trabajen en proyectos colaborativos, como la creación de wikis, la edición de videos, el diseño de sitios web, etc.
- Evaluación de proyectos y trabajos: Por su lado, tus estudiantes pueden ser evaluados por otros estudiantes o por miembros de la comunidad lo que les da la oportunidad de recibir comentarios constructivos y así poder mejorar su trabajo.
- Resolución de problemas: Tu equipo docente también puede solicitar a sus alumnos que resuelvan problemas complejos, como encontrar soluciones a problemas ambientales, sociales o económicos, y utilizar la sabiduría colectiva de la comunidad para llegar a soluciones innovadoras y potenciar su creatividad.
- Compartir experiencias y conocimientos: Tus estudiantes también podrán compartir sus experiencias y conocimientos entre ellos y con la comunidad, lo que les permitirá aprender de sus compañeros y de expertos de todo el mundo.
Cada una de estas cinco propuestas puede ayudar a potenciar una educación más sostenible y accesible para tu institución.
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Tipos de crowdsourcing
Existen varios tipos de crowdsourcing que se utilizan en diferentes áreas y contextos, incluído el sector educativo.
En cualquier caso, los que te proponemos a continuación los puedes poner en práctica seas del sector que seas y en todo tipo de instituciones y empresas
Crowdsourcing creativo
Puedes utilizar este tipo de crowdsourcing para la generación de ideas y la creación de contenido creativo, como diseño gráfico, música, videos, escritura, entre otros.
La comunidad online o las herramientas de Inteligencia Artificial pueden aportar su creatividad y conocimientos para producir contenido que puedas utilizar en proyectos artísticos, publicitarios, de marketing, etc.
Crowdsourcing científico
También conocida como ciencia ciudadana, este tipo de crowdsourcing implica la participación de personas sin experiencia científica en proyectos de investigación científica, en áreas como astronomía, biología, ecología, entre otras.
Los participantes pueden ayudar a analizar datos, realizar observaciones, identificar patrones, y hacer contribuciones valiosas a la investigación.
Crowdfunding
El crowdfunding es una forma de financiación colectiva en la que se invita a la comunidad a invertir en algún proyecto o negocio que pudieras tener en mente.
Si eres el creador de este tipo de proyectos, te recomendamos establecer una meta de financiamiento y ofrecer recompensas a tus inversores, que pueden variar desde una mención en los créditos (si se trata de una obra) hasta una participación en una futura empresa.
Crowdsourcing de conocimiento
Este tipo de crowdsourcing implica la colaboración colectiva en la resolución de problemas y la toma de decisiones en una amplia variedad de áreas, como la política, la educación o la investigación, entre otras.
La comunidad contribuirá con su experiencia y conocimientos para encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos que te puedan surgir.
Crowdsourcing de microtareas
En esta clase de crowdsourcing tendrás que externalizar tus tareas más pequeñas y específicas, como la transcripción de texto, la identificación de objetos en imágenes o la moderación de contenido.
De esta manera, los participantes que decidan ayudarte podrán realizar estas tareas desde cualquier lugar y recibir una pequeña compensación por su trabajo.
Estos son solo algunos ejemplos de los diferentes tipos de crowdsourcing que se utilizan en la actualidad. Cada tipo tiene sus propias características y beneficios, y pueden ser utilizados en una amplia variedad de contextos.
El papel del proctoring en el crowdsourcing
El proctoring también te puede ser útil en el contexto del crowdsourcing para garantizar la calidad y la integridad de los resultados que obtengas.
En algunos casos, el crowdsourcing implica la realización de tareas críticas o sensibles que requieren una supervisión para asegurar que se cumplan ciertas normas o estándares.
En estos casos, el proctoring puede proporcionarte una forma de supervisar a los participantes y garantizar que se cumplan las pautas establecidas.
Por ejemplo, en el crowdsourcing científico, donde los participantes pueden ser responsables de analizar datos o realizar experimentos, el proctoring te puede garantizar que se sigan los protocolos adecuados y que los resultados sean precisos y fiables.
Por otro lado, en el crowdsourcing de microtareas, el proctoring puede ayudar a evitar el fraude y la realización de tareas fraudulentas.
Además, el proctoring también te puede ser útil para asegurar que los participantes estén cumpliendo con los plazos y entregando el trabajo a tiempo.
Cabe destacar que con este tipo de supervisión podrías monitorizar el progreso de los participantes y dar feedback en tiempo real para asegurarte de que los proyectos se completan de manera satisfactoria.
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