Con el paso de los años y la evolución de la tecnología, la educación online se ha convertido en una opción accesible para muchas personas. No solo los jóvenes aprovechan este formato, sino también adultos que buscan seguir aprendiendo y explorando nuevas áreas de conocimiento.
Este es el caso de Soledad, una funcionaria de 55 años que vive en Alicante y cursa el grado de Lengua Castellana y Literatura en la Universidad de Burgos (UBU) de forma remota.
En esta entrevista, Soledad nos cuenta cómo descubrió su pasión por la enseñanza online, sus motivaciones para estudiar a esta edad y cómo la tecnología, incluyendo herramientas como SMOWL, ha sido crucial en su trayectoria académica.
De Alicante a la Universidad de Burgos: un viaje digital para reencontrarse
Soledad, 55 años, residente en Alicante, trabaja como funcionaria de la Seguridad Social. Desde hace unos años, compagina su carrera profesional con los estudios universitarios, pero no de la manera tradicional. Soledad cursa su grado de Lengua Castellana y Literatura de forma online, una opción que le ha permitido realizar una de sus grandes pasiones: seguir formándose.
Lo más curioso es cómo comenzó todo. “Buscando una carrera para mi hijo, me despertó el gusanillo”, explica. Al explorar las posibilidades académicas de su hijo, se topó con la oferta de la Universidad de Burgos y decidió que era el momento de retomar sus estudios, algo que había dejado pendiente años atrás. Además, la posibilidad de cursar las asignaturas por la tarde encajaba perfectamente con su trabajo y rutina diaria.
A diferencia de muchos estudiantes que buscan obtener un título para avanzar en su carrera profesional, Soledad estudia por puro placer. “Es un hobby. Empecé a estudiar esta carrera cuando era joven, y ahora, aunque no tengo prisa por terminar, lo hago porque disfruto aprendiendo”, comenta.
La enseñanza online le ha permitido seleccionar las asignaturas que más le gustan y estudiar a su propio ritmo. Para ella, no es una cuestión de cumplir plazos, sino de profundizar en su interés por la lengua y la literatura. “Es un esfuerzo que yo he elegido, y estoy aprendiendo un montón”, añade con entusiasmo.
Los retos del estudio presencial y la flexibilidad del online
Uno de los grandes desafíos que Soledad enfrentaba antes de optar por la educación a distancia era la incompatibilidad de horarios. “Cursar mis estudios de forma presencial era prácticamente imposible. La mayoría de las clases son por la mañana, y con mi trabajo no podía permitirme ese lujo”, explica.
La enseñanza online le ha dado la flexibilidad que necesitaba. Ahora puede organizar su tiempo según sus responsabilidades y necesidades, algo que considera un factor clave en su experiencia académica. “Sin haber podido estudiar online, no hubiera estudiado. Así de sencillo”, afirma rotundamente.
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La calidad de la enseñanza online: ¿a la altura de sus expectativas?
Cuando se le pregunta si la educación online ha estado a la altura de sus exigencias, Soledad no duda en afirmar que sí. “Me está enseñando mucho la enseñanza online. Es verdad que no tengo prisa, y lo hago por placer, pero la calidad del contenido y el nivel académico son altos”, comenta.
Para ella, la clave está en la autonomía que ofrece esta modalidad. Al poder elegir las asignaturas que le interesan y estudiar a su propio ritmo, siente que está sacando el máximo provecho de su formación.
La privacidad en los exámenes: la herramienta SMOWL
En cuanto a la privacidad durante los exámenes, Soledad nos cuenta cómo ha sido su experiencia utilizando SMOWL, una herramienta de proctoring que monitoriza los exámenes online para garantizar la integridad del proceso. “No me sentí vulnerada en ningún momento. Al hacer la matrícula online, ya sabes que puede haber herramientas que te controlan, es lo mismo que cuando haces un examen presencial y un profesor te vigila”, explica con naturalidad.
Soledad destaca que en ningún momento se sintió incómoda o distraída por la herramienta. “Solo se me veía a mí y una pared. Ni me acordé de que me estaban vigilando”, asegura. Aunque al principio pensaba que estar siendo monitoreada podría ponerla nerviosa, la realidad fue otra. “La exigencia del examen me hizo olvidarme de todo y, cuando terminé, pues terminé”.
Soledad está convencida de que las herramientas de proctoring como SMOWL funcionan adecuadamente para verificar el rendimiento de los estudiantes. “Son necesarias para asegurar que lo que estamos haciendo es correcto y legítimo. Sin ellas, no habría forma de garantizar que todo se haga de forma justa”, opina.
Además, admite que sin estas herramientas, probablemente no habría podido obtener su título universitario, ya que no podría asistir a los exámenes presenciales debido a su trabajo. “Son una pieza clave en la educación a distancia”, añade.
El futuro de la educación online: ¿lo recomendaría?
Cuando se le pregunta si recomendaría este tipo de herramientas y la educación online a otros estudiantes o incluso a otras instituciones educativas, Soledad es clara: “Por supuesto. De hecho, al principio lo busqué para mi hijo, pero he acabado haciéndolo yo. Hemos descubierto la enseñanza online en esta universidad y es una maravilla”.
Soledad considera que la educación online abre un mundo de posibilidades, especialmente para aquellas personas que, como ella, tienen responsabilidades laborales o familiares que les impiden seguir el formato presencial tradicional. “Es una forma de hacer que más estudiantes puedan finalizar sus estudios sin tener que renunciar a otras partes importantes de su vida”, concluye.
Un testimonio inspirador para estudiar por placer
La historia de Soledad es un testimonio inspirador de cómo la educación online puede adaptarse a las necesidades de cada persona, independientemente de su edad o situación.
Gracias a su dedicación y a las herramientas tecnológicas como SMOWL, Soledad ha logrado seguir adelante con sus estudios, disfrutando del proceso y adquiriendo nuevos conocimientos en el camino. Para ella, estudiar no es una obligación, sino una elección personal y apasionada.
Con un futuro lleno de posibilidades, Soledad sigue avanzando, demostrando que nunca es tarde para aprender, y que con las herramientas adecuadas, los límites desaparecen.
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